Silvia Plath es una autora suicida nacida en 1932. Padecía una enfermedad mental, tanto así que lo expresa en su obra. En la “Canción de amor de la joven loca” podemos afirmar que la autora se autodefine loca, demostrando su amor a un ser imaginario de descocido género sexual. Pues la autora se sentía cada vez más pendiente de la duplicidad en la que su segundo yo era un hombre.
Al poema se le separa en 3 apartados, cada uno conformado por 2 estrofas. El primer apartado expresa de cierta forma veneración a la noche, donde el yo poético alaba a esta por ser el momento en el que se encuentra con este ser imaginario, pero amado. “Cierro los ojos y el mundo muere/ levanto los párpados y nace todo nuevamente” (1-2) al dormir, el yo poético se desconecta totalmente de la realidad para pasar a un mundo fantástico existente únicamente en su mente. “Las estrellas salen valseando en azul y rojo,/ Sin sentir galopa la negrura”, (4-5) corroborando con los versos anteriores, el yo poético, respaldándose en el color azul, espera la noche con confianza, afecto, amor, con un sentimiento apartado a la realidad. De igual forma, el color rojo representa el entusiasmo con el cual este la ve llegar. El yo poético utiliza un juego de palabras al decir “galopa”, pues esta significa al mismo tiempo desenfrenarse, con lo cual el yo poético insinúa que es un tiempo sin límites para imaginar. Por otro lado “galopa” es acción de galopar, lo cual nos da sensación de continuidad y monotonía, que da referencia a que el yo poético aguarda la noche como algo nuevo, diferente. Sintácticamente se produce un error ortográfico en la palabra “valseando”, expresando con eso irrealidad, además la perífrasis del verso cinco confirma lo ilusorio de este apartado.
El segundo apartado hace alegación a la magia que trae consigo este ser imaginario y el amor que el yo poético siente al idearlo. “Soñé que me hechizabas en la cama/ Cantabas el sonido de la luna, me besabas locamente.” (7-8), se utiliza nuevamente un juego de palabras, “ hechizabas”, en ese caso significa también el deseo que este ser irreal despierta en el yo poético. En el siguiente verso, el cual es compuesto, utiliza esta composición para respaldar la comparación que el yo poético hace entre los besos de este ser y el sonido de la luna, que inspira paz, ya que da la sensación de un sonido lento y envolvente. “Dios cae del cielo, las llamas del infierno se debilitan: / escapan serafines y soldados de satán:”(10-11), el yo poético otorga grandeza celestial al momento de sentir a este ser ilusorio cerca de él. Alegando que en ese instante el infierno que vive en su vida real, despierta, se va, se esfuma. Asimismo el verso diez es un verso compuesto, en el cual se juntan ambas “realidades” para desmejorar la segunda.
El último apartado es una especie de reclamo a este ser imaginario, al haber desaparecido de su mente, el yo poético se siente arrepentido al haberlo amado, expresando su impotencia y frustración. “Imaginé que volverías como dijiste, / Pero crecí y olvidé tu nombre”(13-14) en estos versos el yo poético manifiesta su queja, su reproche y decepción al no tener más a su amado subreal, al haber creído en él. “Debí haber amado al pájaro de trueno, no a ti; / Al menos cuando la primavera llega ruge nuevamente.” El “debí haber…” demuestra lamento y recalca el arrepentimiento del yo poético al haberse enamorado de este ser, haciéndolo inferior ante un ser misterioso y hostigador, pues aún teniendo estas características, “el pájaro de trueno” sí regresa, y que al hacer uso de “ruge”, lo cual simboliza un sonido fuerte y notorio, el yo poético revela que este ser, al contrario que su amor imaginario, al regresar, se hace notar. Esto manifiesta que el yo poético espera en vano, demostrando su locura de amor.
A lo largo del poema se puede apreciar la exhibición de alteraciones de dos versos. “Cierro los ojos y el mundo muere” resaltando que para el yo poético la noche es otro mundo diferente, que el mundo real se desvanece inmediatamente en su sueño. “(Creo que te inventé en mi mente) con esto el yo poético reconoce o aparenta reconocer constantemente que este ser amado es ilusorio. Por otro lado, se encuentran animaciones a lo largo del poema, lo que reafirma lo fantástico del mundo que el yo poético inventa en las noches. Además en la mayoría de versos, catorce de diecinueve, se empieza con verbos, haciendo el poema más ágil.
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